Los principios activos contenidos en esta preciosa especia pueden contribuir al buen funcionamiento del organismo.
Resumen
Azafrán, una especia con propiedades calmantes y relajantes
El azafrán es una especia apreciada por su contenido en safranal. Este potente principio activo tiene efectos relajantes y ansiolíticos.
Utilizado en casos de ansiedad, estrés, depresión leve o moderada o incluso depresión posparto, el azafrán, al igual que la hierba de San Juan o la melisa, ayuda a regular el equilibrio emocional. Safranal también es beneficioso contra el insomnio, así como por su acción contra los trastornos del estado de ánimo. Descubra en particular por qué el azafrán es un antidepresivo natural y en qué medida puede mejorar la eficacia de los antidepresivos clásicos.
Beneficios para la salud del Azafrán
Tiene efectos analgésicos y antiinflamatorios
El azafrán tiene efectos analgésicos y antiinflamatorios. Así, en China se recomienda el azafrán en casos de dolor abdominal. En masajes, esta especia también se utiliza para calmar la inflamación relacionada con la dentición. Luego, el azafrán ayuda a aliviar los períodos dolorosos y el dolor en las articulaciones. Por otro lado, participa en el tratamiento de la amenorrea y estimula la menstruación.
Contribuye a la buena digestión
Los estigmas del azafrán contribuyen al buen funcionamiento del sistema digestivo. Por tanto, esta especia se utiliza para facilitar la digestión, limitar la fermentación intestinal, pero también para prevenir úlceras o trastornos gástricos.
Por otro lado, el azafrán estimula el hígado y reduce los efectos del alcohol en el organismo. Verdadero aliado adelgazante, el azafrán ayuda a reducir el apetito y a luchar contra los antojos.
Es un agente reductor del colesterol
El consumo de azafrán también parece tener un efecto beneficioso sobre los niveles de triglicéridos y colesterol. Gracias a su actividad antilipidémica, el azafrán ayuda a limitar la absorción de grasas y colesterol. Al ayudar a combatir el exceso de colesterol en sangre, el azafrán resulta de auténtico interés para prevenir enfermedades cardiovasculares.
Es una especia rica en antioxidantes
La crocina y la crocetina contenidas en el azafrán son dos carotenoides que actúan como antioxidantes naturales. De este modo, el azafrán protege las células de los efectos nocivos de los radicales libres. En este sentido, el consumo de azafrán podría resultar especialmente interesante para combatir el desarrollo de determinadas enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis múltiple o la enfermedad de Alzheimer. Finalmente, el poder antioxidante del azafrán contribuye a la protección del sistema cardiovascular. Además, rico en pigmentos carotenoides, el azafrán podría ayudar a prevenir ciertos cánceres.
Disminuye el deterioro de la vista
Las vitaminas A, C y B, así como los antioxidantes que contiene el azafrán, desempeñan un papel beneficioso contra el envejecimiento ocular. Los pigmentos carotenoides son auténticos aliados para la prevención de la degeneración macular asociada a la edad, más conocida como DMAE.
¿Cómo consumir el Azafrán?
La dosis diaria recomendada es de 30 mg. Se recomienda no superar la dosis de 1,5 g de azafrán al día.
En la cocina, el azafrán aromatiza y colorea platos como el caldo de habas, menudo colimense o albóndigas de bacalao. En infusión, el oro rojo también ofrece muchas virtudes. Diluido en agua hirviendo, el azafrán aporta todas sus propiedades más beneficiosas y ayuda, entre otras cosas, a luchar contra los dolores digestivos.
Finalmente, para beneficiarse de su acción calmante y relajante, es posible consumir azafrán en forma de complementos alimenticios.
¿Qué efectos secundarios tiene consumir Azafrán?
Consumido respetando las dosis diarias recomendadas, el azafrán no presenta ningún peligro. Sin embargo, una sobredosis puede provocar efectos secundarios que incluyen:
- Trastornos de la coagulación sanguínea como sangrado de labios, nariz, párpados y hemorragias uterinas.
- Problemas digestivos que incluyen vómitos y, a veces, diarrea con sangre.
- Coloración amarilla de las membranas mucosas y la piel.
- Trastornos urinarios y particularmente la presencia de sangre en la orina.
- Un cambio en la presión arterial.
- Un cambio en la composición de la sangre.